Desde el año 2007 la Coordinación de Políticas de Erradicación del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente promueve y acompaña la política de creación y/o fortalecimiento de espacios de atención y cuidado para niñas, niños y adolescentes. Esta política pública incide, por un lado, en la prevención y erradicación del trabajo infantil, ya que ofrece una respuesta para el retiro de los niños y las niñas del ámbito laboral, y a su vez, que puedan estar en un espacio propicio para su edad; y por otro, ofrece mejoras en las condiciones laborales de los padres/madres de estos niños/as durante la jornada laboral, ya que podrán ocuparse exclusivamente de sus obligaciones laborales sin tener que sumar a estas el cuidado simultáneo de sus hijos/as. Hay niños y niñas que acompañan a sus padres y madres a sus lugares de trabajo porque no tienen en donde quedarse, y sólo “juegan” allí. Sin embargo, sobrada evidencia demuestra que aquello que empieza como un juego, con el tiempo se va transformando en trabajo.
Todas las iniciativas que se enmarquen en esta política deben ser de gestión compartida, vale decir que requieren de la articulación de recursos de actores de los distintos niveles del sector público y del sector privado, que se encuentren implicados en la prevención y erradicación del trabajo infantil. Puede que sean promovidos por uno u otro actor, o que uno de ellos destine mayor compromiso/recursos que otro, pero la característica esencial de estas iniciativas es su articulación. Esto es de suma importancia entendiendo que ninguno de los actores por sí solo podría llevar adelante un programa en la dimensión necesaria para el abordaje integral de la problemática dadas las competencias de cada actor/organismo.
Por su parte, la Coordinación de Políticas de Prevención del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente, brinda asistencia técnica a quienes estén interesados en el armado de estos espacios, al tiempo que ofrece asistencia técnica y acompañamiento a los equipos de trabajo de los diferentes espacios de atención y cuidado en las provincias de nuestro país. A la vez, promueve la articulación con los distintos y/o nuevos actores que pueden realizar algún aporte para generar la sinergia necesaria que se requiere para abordar de manera integral y efectiva la problemática.
Quiénes se encuentren a cargo de las salas, deben ser docentes. La cobertura de dicha política va desde los 45 días hasta los 16 años, diferenciando las salas por edades para que puedan disfrutar del juego y/o estudio con sus pares. Las niñas y niños más pequeños realizan actividades ligadas a lo recreativo y lúdico, los de edad escolar apuntan al refuerzo de valores y contenidos educativos y los adolescentes cuentan con actividades de su interés, entre ellas las artísticas. A los niños, niñas y adolescentes que participen de estos espacios se les brinda alimentación y chequeos médicos.